Satisfacer las necesidades cárnicas del futuro

03.03.2021 - Japón

Los seres humanos son en gran medida omnívoros, y la carne, en sus diversas formas, siempre ha figurado en la dieta de la mayoría de las culturas. Sin embargo, con el aumento de la población y la presión sobre el medio ambiente, es probable que los métodos tradicionales para satisfacer esta necesidad alimentaria fundamental se queden cortos. Ahora, investigadores de la Universidad de Tokio informan de una innovadora biofabricación de tejido muscular bovino en el laboratorio que podría ayudar a satisfacer la creciente demanda futura de carne en la dieta.

Institute of Industrial Science, the University of Tokyo

Investigadores de la Universidad de Tokio desarrollan un método de cultivo de carne en el laboratorio en forma de músculo de ternera contráctil a escala milimétrica que simula fielmente la carne de bistec

Con la urbanización mundial, la economía de la ganadería se está volviendo insostenible. Desde el punto de vista medioambiental, los costes de la tierra y el agua de la ganadería moderna a gran escala son insostenibles, al igual que las emisiones de gases de efecto invernadero y el coste global para el planeta. Además, cada vez se expresan más preocupaciones éticas contra la explotación inhumana de las especies inferiores para la alimentación.

Para hacer frente a las necesidades futuras, se está desarrollando la ingeniería de tejidos de carne cultivada en varios centros de todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los productos cárnicos biosintéticos son amorfos o granulares, como la carne picada, y carecen del grano y la textura de la carne animal real. Mai Furuhashi, autora principal, explica su novedoso proceso. "Utilizando técnicas desarrolladas para la medicina regenerativa, conseguimos cultivar trozos de carne de tamaño milimétrico en los que la alineación de los miotubos ayuda a imitar la textura y la sensación en boca del filete. Para ello, se cultivaron mioblastos extraídos de carne de vacuno comercial en módulos de hidrogel que podían apilarse permitiendo la fusión en trozos más grandes. Determinamos el andamiaje y la estimulación eléctrica óptimos para promover la contractilidad y la alineación anatómica del tejido muscular para simular mejor la carne de buey".

El autor principal, Yuya Morimoto, describe el producto sintetizado. "Nuestros análisis morfológicos, funcionales y de características alimentarias demostraron que el tejido muscular cultivado es prometedor como sustituto creíble del bistec. Las mediciones de la fuerza de rotura mostraron que la dureza se acercaba a la de la carne natural con el paso del tiempo. Es significativo que la contaminación microbiana fuera indetectable, lo que tiene implicaciones para la limpieza, la aceptabilidad del consumidor y la vida útil".

"Nuestro método allana el camino para seguir desarrollando porciones más grandes de carne cultivada realista que pueda complementar o sustituir a las fuentes animales", afirma Shoji Takeuchi, autor principal y correspondiente. "Sin embargo, queda un largo camino por recorrer antes de que la carne cultivada en laboratorio sea indistinguible de la real y se superen los obstáculos relativos a la aceptación del consumidor y la sensibilidad cultural. No obstante, esta innovación promete ser una alternativa ecológica y ética al sacrificio de animales para satisfacer nuestra necesidad de carne dietética."

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