Comer tarde se asocia a una alteración del metabolismo de la glucosa

08.05.2025

Nuestro cuerpo procesa los alimentos de forma diferente según la hora del día y muchos procesos metabólicos son más activos por la mañana que por la noche. Aunque los estudios demuestran que comer tarde se asocia a un mayor riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares, poco se sabe sobre cómo afecta el momento de comer al metabolismo de la glucosa y en qué medida está determinado genéticamente. La profesora Olga Ramich, del Instituto Alemán de Nutrición Humana Potsdam-Rehbrücke (DIfE), y su equipo lo han investigado recientemente en una cohorte de gemelos. El artículo se ha publicado en la revista eBioMedicine.

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El metabolismo sigue el reloj interno

El sistema circadiano es un sistema de control horario de 24 horas estructurado jerárquicamente en el organismo que regula el comportamiento y el metabolismo mediante un reloj central en el cerebro y relojes periféricos en órganos como el hígado o el páncreas. Como resultado, nuestro cuerpo procesa el mismo alimento de forma diferente según la hora del día, lo que provoca fluctuaciones diurnas en el metabolismo de la glucosa y la liberación de hormonas tras una comida. La propia ingesta de alimentos actúa como un importante temporizador que sincroniza nuestros relojes internos. Desvincular la hora de comer del ritmo natural de luz y oscuridad, como ocurre cuando se trabaja de noche, puede provocar un trastorno del reloj interno y cambios metabólicos negativos.

¿Comer tarde enferma?

Estudios anteriores han demostrado que comer tarde o de noche se asocia a un mayor riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo interactúa exactamente el momento de la ingesta de alimentos con el ritmo circadiano individual para influir en el metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes. Tampoco está claro qué mecanismos determinan el comportamiento alimentario individual, ya que interactúan influencias culturales, personales, fisiológicas y genéticas.

En este contexto, Olga Ramich, Catedrática Heisenberg de la Charité - Universitätsmedizin Berlin y del DIfE, investigó cómo el momento de la ingesta de alimentos durante el día está relacionado con el metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Ramich, que también investiga en el Centro Alemán para la Investigación de la Diabetes (DZD), y su equipo también querían averiguar qué influencia tienen los parámetros genéticos y ambientales en los hábitos alimentarios individuales.

Los gemelos aportan información

Para ello, utilizaron datos del estudio NUtriGenomics Analysis in Twins (NUGAT), en el que participaron 46 parejas de gemelos idénticos y fraternos sin diabetes. Los sujetos llevaron un diario de sus horarios y cantidades de comida durante cinco días. Los científicos determinaron el ritmo individual de sueño-vigilia (cronotipo) de los participantes y realizaron diversas pruebas metabólicas, como una prueba de carga de glucosa en sangre. También determinaron el horario circadiano de las comidas, es decir, cuándo se come durante el día, en relación con el ritmo circadiano biológico individual y no con la hora del día.

Comer antes favorece un metabolismo sano

Un parámetro importante que determinaron los científicos fue el punto central calórico circadiano (PCC) de los sujetos de la prueba. Éste describe el momento del día en el que se calcula la mitad de la ingesta calórica diaria. Por tanto, un CCM más tardío significa que alguien come principalmente más tarde en el día, en relación con el cronotipo individual.

"Las personas que consumían sus calorías principales más temprano en el día tenían una mejor sensibilidad a la insulina", explica Ramich, que dirige el Departamento de Metabolismo Molecular y Nutrición de Precisión del DIfE. "En cambio, los sujetos que consumían sus calorías principales a última hora del día mostraban una peor sensibilidad a la insulina, lo que se asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo 2". Además, tenían un mayor índice de masa corporal y un mayor perímetro de cintura.

Los genes influyen en cuándo comemos

Para investigar la influencia de los genes en los horarios de comida, los investigadores compararon el comportamiento alimentario de gemelos idénticos (100% de genes idénticos) con el de gemelos fraternos (aproximadamente 50% de genes idénticos). Utilizando modelos matemáticos especiales, pudieron estimar hasta qué punto el horario de las comidas es atribuible a los genes, al entorno compartido o a las experiencias individuales.

El estudio demuestra que diversos parámetros del patrón horario de las comidas diarias están influidos hasta en un 60 por ciento por la genética.

Conclusión: La nutrición personalizada necesita nuevos enfoques

Desplazar la ingesta principal de calorías a horas circadianas más tempranas podría mejorar el metabolismo de la glucosa y proteger contra la diabetes tipo 2 y la obesidad. "Sin embargo, como los horarios de las comidas son en parte hereditarios, a algunas personas puede resultarles difícil cambiar sus hábitos", señala Ramich. "Se necesitan más estudios de validación y ensayos clínicos para comprender mejor la eficacia de las intervenciones basadas en el horario de las comidas".

Información general

Horario circadiano de las comidas

Cuando alguien come durante el día en relación con el ritmo circadiano biológico individual se mide como la distancia entre la hora de comer y el punto medio del sueño. El punto medio del sueño describe el tiempo que transcurre exactamente entre el momento de dormirse y el de despertarse. Se considera una medida del cronotipo, es decir, si una persona es madrugadora o noctámbula.

NUtriGenomics Analysis in Twins (NUGAT) study

El estudio NUGAT, iniciado y diseñado por el profesor Andreas F. H. Pfeiffer, se llevó a cabo en el Instituto Alemán de Nutrición Humana Potsdam-Rehbrücke (DIfE) entre 2009 y 2010. Las parejas de gemelos monocigóticos y dicigóticos se reclutaron a partir de un registro de gemelos (HealthTwiSt, Berlín, Alemania) o mediante anuncios públicos. Los 92 participantes (46 parejas de gemelos) se sometieron a dos intervenciones nutricionales, que no fueron relevantes para los resultados del estudio que aquí se muestran.

Los participantes se sometieron a un fenotipado metabólico detallado, que incluyó un examen físico, historial médico, mediciones antropométricas y una prueba de tolerancia a la glucosa. El cronotipo individual se determinó mediante un cuestionario. Además, los 92 sujetos de la prueba rellenaron registros de alimentos escritos a mano en los que anotaban el inicio y el final de cada comida, así como la cantidad y el tipo de alimentos consumidos en cinco días consecutivos. Estos incluían tres días laborables y dos días libres para reflejar los hábitos alimentarios de las parejas de gemelos.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Alemán se puede encontrar aquí.

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