Los hologramas comestibles podrían decorar algún día los alimentos

22.02.2021 - Estados Unidos

Los hologramas están en todas partes, desde los permisos de conducir hasta las tarjetas de crédito y los envases de los productos. Y ahora, los hologramas comestibles podrían mejorar algún día los alimentos. Los investigadores que publican en ACS Nano han desarrollado un método basado en el láser para imprimir hologramas nanoestructurados en películas de jarabe de maíz seco. Según los investigadores, los hologramas comestibles también podrían utilizarse para garantizar la seguridad de los alimentos, etiquetar un producto o indicar el contenido de azúcar.

Adapted from ACS Nano 2021, DOI: 10.1021/acsnano.0c02438

Las nanoestructuras (imágenes de color verde amarillento; barra de escala, 5 μm) se modelaron sobre películas de jarabe de maíz secas, produciendo hologramas comestibles con los colores del arco iris (barra de escala, 2 mm).

La mayoría de los hologramas se imprimen con láser en superficies metálicas, como el aluminio, pero los materiales no son comestibles. En el caso de los alimentos, se han propuesto hologramas hechos con nanopartículas, pero las diminutas partículas pueden generar especies reactivas de oxígeno, cuyo consumo podría ser perjudicial para las personas. En un enfoque diferente, los científicos de los alimentos han moldeado hologramas comestibles en el chocolate, pero el proceso sólo funciona para ciertos tipos de la confección, y se necesita un molde diferente para cada diseño de holograma. Bader AlQattan, Haider Butt y sus colegas querían encontrar una forma segura, rápida y versátil de crear hologramas comestibles en una variedad de alimentos.

Para desarrollar su método, los investigadores elaboraron una solución de jarabe de maíz, vainilla y agua y la secaron hasta formar una fina película. Recubrieron la película con una fina capa de colorante negro no tóxico. A continuación, utilizaron una técnica llamada patrón de interferencia láser directo para grabar la mayor parte del tinte, dejando líneas nanoescalares en relieve que formaban una rejilla de difracción. Al ser golpeada por la luz, la nanoestructura la difracta en un patrón de arco iris, con diferentes colores que aparecen en diferentes ángulos de visión. El equipo pudo controlar la intensidad y la gama de colores variando el espacio entre las líneas de la rejilla o el contenido de azúcar de la película de jarabe de maíz. Sin embargo, antes de que los hologramas comestibles estén listos para llegar a las tiendas, los investigadores quieren adaptar el método a un tinte alimentario que pueda sustituir al tinte negro sintético utilizado en estos experimentos piloto.

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