El hígado procesa el aceite de coco de forma diferente al aceite de colza

26.01.2021 - Alemania

El aceite de coco se ha introducido cada vez más en las cocinas alemanas en los últimos años, aunque sus supuestos beneficios para la salud son controvertidos. Científicos de la Universidad de Bonn han podido demostrar cómo se metaboliza en el hígado. Sus hallazgos también podrían tener implicaciones para el tratamiento de ciertas enfermedades diarreicas. Los resultados se publican en la revista Molecular Metabolism.

Johanna Spandl / Universität Bonn

El aceite de coco se diferencia del de colza o del de oliva por los ácidos grasos que contiene. Los ácidos grasos consisten en átomos de carbono unidos entre sí, normalmente 18 en número. En el aceite de coco, sin embargo, la mayoría de estas cadenas son mucho más cortas y contienen sólo de 8 a 12 átomos de carbono. En el hígado, estos ácidos grasos de cadena media se convierten en parte en grasas de almacenamiento (triglicéridos). La forma exacta en que esto sucede era en gran parte desconocida hasta ahora.

El nuevo estudio ahora arroja luz sobre esto: "Hay dos enzimas en el hígado para la síntesis de grasas de almacenamiento, DGAT1 y DGAT2", explica el Dr. Klaus Wunderling del Instituto LIMES (el acrónimo significa "Ciencias Médicas y de la Vida") de la Universidad de Bonn. "Hemos visto en las células del hígado de los ratones que el DGAT1 procesa principalmente ácidos grasos de cadena media y el DGAT2 procesa los de cadena larga".

En sus experimentos, los investigadores bloquearon el DGAT1 con un inhibidor específico. La síntesis de las grasas de almacenamiento de los ácidos grasos de cadena media disminuyó posteriormente en un 70 por ciento. En contraste, el bloqueo del DGAT2 resultó en la reducción del procesamiento de los ácidos grasos de cadena larga. "Por lo tanto, las enzimas parecen preferir diferentes longitudes de cadena", concluye el Prof. Dr. Christoph Thiele del Instituto LIMES, que dirigió el estudio y es también miembro del Cluster de Excelencia en Inmunosensación.

Efecto secundario sorprendente

El hecho de que los ácidos grasos del hígado se utilicen o no para acumular grasa de almacenamiento depende de las necesidades energéticas actuales. Cuando el cuerpo necesita mucha energía en un momento determinado, se dispara la llamada beta-oxidación, es decir, los ácidos grasos se "queman" inmediatamente, por así decirlo. Médicamente, esta vía metabólica es de gran interés. En la diabetes, por ejemplo, podría ser útil para reducir la oxidación beta. Esto se debe a que el cuerpo tiene que satisfacer sus necesidades energéticas a partir de la glucosa, lo que hace que los niveles de glucosa en la sangre disminuyan, lo que tiene consecuencias positivas para la enfermedad.

Hace ya unos 40 años, los investigadores farmacéuticos desarrollaron un inhibidor correspondiente, el etomoxir. Se une a las enzimas necesarias para la beta-oxidación, deteniéndola. Sin embargo, pronto se hizo evidente que el etomoxir tenía graves efectos secundarios.

Los investigadores de Bonn han descubierto ahora una posible razón para ello: Utilizaron el etomoxir para inhibir la beta-oxidación de los ácidos grasos de cadena media en ratones, anticipándose a su uso para aumentar la producción de grasa de almacenamiento. "En cambio, la síntesis de grasa también disminuyó significativamente, pero sólo de las grasas de almacenamiento con ácidos grasos de cadena media", explica Wunderling. "Por lo tanto, sospechamos que el etomoxir también desactiva la enzima DGAT1". En el futuro, dice, será necesario prestar atención a tales efectos cuando se desarrollen nuevos inhibidores de la beta-oxidación.

También es interesante un hallazgo publicado hace unos años por científicos austriacos y holandeses: Habían estudiado a pacientes que sufrían de enfermedades diarreicas crónicas. En 20 de ellos, encontraron alteraciones en el gen DGAT1 que lo dejaron sin funcionar. "Ahora queremos averiguar si la alteración en el procesamiento de los ácidos grasos de cadena media es responsable de las molestias digestivas", dice Wunderling. Esto se debe a que la enzima DGAT1 es activa no sólo en el hígado sino también en el intestino. Tal vez por eso su trastorno causa diarrea cuando los enfermos consumen ácidos grasos de cadena media. Wunderling: "En este caso, podrían ser ayudados simplemente con una dieta apropiada".

Financiación:

El estudio fue financiado por la Fundación Alemana de Investigación (DFG) como parte de la Estrategia de Excelencia. Además, recibió financiación del Fondo Científico Austríaco (FWF) de la República de Austria.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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