Carne fresca: un nuevo biosensor determina con precisión y eficacia la frescura de la carne

Un biosensor que emplea un electrodo de grafeno poroso con nanopartículas de óxido de zinc identifica subproductos del envejecimiento en la carne

21.02.2024
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La frescura de la carne animal es una propiedad esencial que determina su calidad y seguridad. Con una tecnología avanzada capaz de conservar los alimentos durante largos periodos de tiempo, la carne puede enviarse a todo el mundo y consumirse mucho después de que muera el animal. A medida que aumenta el consumo mundial de carne, también lo hace la demanda de medidas eficaces para su conservación.

Ngo Thi Hong Le

El biosensor determina la frescura de la carne mediante la detección de HXA en una muestra de solución derivada de la carne.

A pesar de los avances tecnológicos que mantienen la carne fresca el mayor tiempo posible, ciertos procesos de envejecimiento son inevitables. El trifosfato de adenosina (ATP) es una molécula producida por la respiración y responsable de proporcionar energía a las células. Cuando un animal deja de respirar, la síntesis de ATP también se detiene, y las moléculas existentes se descomponen en ácido, disminuyendo primero el sabor y luego la seguridad. La hipoxantina (HXA) y la xantina son pasos intermedios en esta transición. Evaluar su prevalencia en la carne indica su frescura.

En AIP Advances, de AIP Publishing, investigadores de la Academia de Ciencia y Tecnología de Vietnam, la Universidad de Ciencia VNU, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hanoi y la Academia Rusa de Ciencias desarrollaron un biosensor que utiliza electrodos de grafeno modificados con nanopartículas de óxido de zinc para medir la HXA. El equipo demostró la eficacia del sensor en carne de cerdo.

Aunque en la actualidad existen muchos métodos de detección de HXA, pueden ser costosos, llevar mucho tiempo y requerir especialistas.

"En comparación con los métodos modernos de análisis de alimentos, como la cromatografía líquida de alta resolución, la cromatografía de gases, la espectrometría de masas, la espectroscopia atómica y molecular y la espectroscopia de resonancia magnética nuclear, los biosensores como el nuestro ofrecen ventajas superiores en cuanto a tiempo, portabilidad, alta sensibilidad y selectividad", afirma la autora, Ngo Thi Hong Le.

El sensor se fabrica con una película de poliimida, que se convierte en grafeno poroso mediante un láser pulsado. Las nanopartículas de óxido de zinc añadidas atraen las moléculas de HXA a la superficie del electrodo. Cuando el HXA interactúa con el electrodo, se oxida y transfiere sus electrones, disparando el voltaje del electrodo. La relación lineal entre el HXA y el aumento del voltaje permite determinar fácilmente el contenido de HXA.

Para evaluar la capacidad del sensor, los investigadores probaron soluciones con cantidades conocidas de HXA. Tras el excelente rendimiento, los investigadores midieron la viabilidad del biosensor utilizando solomillos de cerdo comprados en un supermercado. El sensor funcionó con una precisión superior al 98%, un rango de detección favorable y un límite de detección bajo.

"En Vietnam, la carne de cerdo es la más consumida", afirma Le. "Por lo tanto, la supervisión de la calidad de la carne de cerdo es uno de los requisitos importantes en la industria alimentaria de nuestro país, razón por la cual le dimos prioridad".

Además de la carne de cerdo, este biosensor puede evaluar cualquier producto cárnico.

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