Vajilla compostable de un solo uso

Películas poliméricas mecánicamente estables y resistentes al agua gracias a recubrimientos de base biológica

02.07.2025

Para proteger el medio ambiente, especialmente los océanos, en la UE están prohibidos muchos productos de plástico de un solo uso. Pero sí están permitidos los productos de un solo uso fabricados con polímeros naturales no modificados. Con esta idea en mente, investigadores del Instituto Fraunhofer de Investigación de la Madera, Wilhelm-Klauditz-Institut WKI, se han asociado con otros socios para desarrollar vajillas de un solo uso compostables a base de residuos agrícolas locales procedentes de la producción de azúcar.

© Fraunhofer WKI

La nueva película fabricada a partir de pulpa de remolacha azucarera se termoforma en piezas moldeadas en 3D, como vajillas de un solo uso, en un programa piloto de Fraunhofer WKI.

Muchos productos de plástico de un solo uso están prohibidos en la UE desde el 3 de julio de 2021, por lo que ya no se pueden producir ni comercializar. Sin embargo, las soluciones reutilizables ecofriendlier no son una alternativa viable para todos los ámbitos de aplicación. Faltan soluciones para artículos de un solo uso funcionales y respetuosos con el medio ambiente para ferias, festivales y otros eventos, por ejemplo. Según la Directiva de Plásticos de un Solo Uso (SUPD) de la UE, los únicos productos de un solo uso permitidos desde 2021 son los fabricados con polímeros no modificados que se encuentran de forma natural en el medio ambiente. Como alternativa sostenible, investigadores del Fraunhofer WKI colaboran con el Instituto de Biotecnología de la Universidad RWTH de Aquisgrán y Pfeifer & Langen GmbH & Co. KG en el proyecto EBRA (véase más abajo) para desarrollar compuestos y películas de polímeros basados en residuos vegetales de la producción de alimentos disponibles en la región, que pueden seguir transformándose en artículos como platos y utensilios.

Reforzar los mercados regionales

"Los flujos de residuos agrícolas, como la pulpa de remolacha azucarera, combinados con polímeros naturales como el almidón de maíz y la pectina de remolacha, tienen potencial para su uso como materias primas para vajillas y utensilios compostables", afirma Arne Schirp, científico investigador del Fraunhofer WKI de Braunschweig. La pulpa de remolacha es especialmente adecuada para un uso posterior, ya que los fabricantes alemanes de azúcar ya la producen en toneladas métricas de siete cifras durante la cosecha de remolacha. La pulpa podría transformarse en compuestos directamente in situ, con lo que se acortarían las rutas de transporte, se reducirían las emisiones deCO2 y se reforzarían los mercados regionales.

A la mezcla de pulpa de remolacha, almidón y pectina se añaden agua y glicerina como plastificantes. Los socios del proyecto se encargaron de realizar una evaluación ecotoxicológica, en la que demostraron que el sustrato así producido es seguro para su uso en contacto con alimentos.

Películas poliméricas mecánicamente estables y resistentes al agua gracias a recubrimientos de base biológica

Los materiales deben cumplir varios criterios. En primer lugar, deben ser biodegradables y aptos para el compostaje doméstico, es decir, que puedan eliminarse en un cubo de compostaje doméstico o en los contenedores verdes municipales. En las pruebas realizadas con fines orientativos, los investigadores demostraron que los materiales se descomponen más rápidamente que los platos de papel convencionales durante un periodo de 12 semanas. También presentan mayor estabilidad que el material de referencia. Otro requisito es que sea posible utilizar los equipos existentes para producir los compuestos y las películas y darles forma de vajilla de un solo uso. Los materiales también tienen que ser mecánicamente estables y resistentes al agua para poder entrar en contacto con alimentos grasientos como salchichas y otros platos aceitosos. Los investigadores pretenden conseguirlo con recubrimientos de base biológica desarrollados por la Universidad RWTH de Aquisgrán.

"La mezcla de pulpa de remolacha molida, almidón de maíz y aditivos se produce primero en un com-pounder y luego se forma en pellets. Los gránulos se prensan para formar una película que luego se recubre y, como último paso, se le da forma de placas", explica Schirp el proceso de producción. Como los polímeros utilizados tienen un punto de fusión bajo o nulo, se necesita poca energía para producir nuevos materiales a partir de ellos. Los residuos agrícolas pueden reciclarse con vistas a la sostenibilidad.

Ya se han fabricado platos de demostración. Actualmente se están preparando los materiales para los utensilios de un solo uso, que se fabricarán mediante moldeo por inyección. Como siguiente paso, los socios del proyecto tienen previsto llevar la producción a escala industrial y empezar a comercializar los productos.

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