Cómo influyen nuestras emociones en lo que comemos

19.01.2024
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Un nuevo estudio del Instituto Leibniz de Investigación Preventiva y Epidemiología - BIPS ha investigado cómo influyen los estados emocionales en los hábitos alimentarios de niños y adolescentes y qué intervenciones ayudan a cambiar los hábitos alimentarios poco saludables. La investigación se centra en el papel del estrés y la impulsividad en la elección de alimentos, sobre todo en relación con los dulces y los alimentos grasos. Se ha publicado ahora en la revista International Journal of Behavioural Nutrition and Physical Activity.

"Nuestro estudio demuestra que los estados emocionales, especialmente el estrés negativo, influyen significativamente en las elecciones alimentarias de los adolescentes", explica Stefanie Do, científica del BIPS y primera autora de la publicación. "Este hallazgo puede ayudar a desarrollar intervenciones eficaces dirigidas a cambiar los patrones alimentarios poco saludables".

Para investigar la relación entre las emociones, la impulsividad y la preferencia por los alimentos dulces y grasos, el equipo de Do analizó los datos de la cohorte europea IDEFICS/I.Family. Se trata de un estudio multicéntrico a gran escala realizado en ocho países europeos (Alemania, Bélgica, Chipre, España, Estonia, Hungría, Italia y Suecia), en el que se investigaron los efectos de los comportamientos relacionados con la salud sobre el sobrepeso y los trastornos metabólicos en niños y adolescentes. La encuesta comenzó en 2007 con 16.230 niños de entre dos y nueve años y continuó en oleadas posteriores hasta 2021. En el estudio actual, el equipo de Do situó hipotéticamente a todos los adolescentes en una puntuación alta de bienestar o baja de impulsividad y los comparó con las puntuaciones bajas y altas para estimar los efectos sobre la tendencia a comer alimentos dulces y grasos.

"El consumo de alimentos poco saludables, como los dulces o los grasos, en respuesta a emociones negativas es una estrategia a menudo no regulada de nuestro organismo para hacer frente a emociones negativas, como el miedo, la ira, la frustración, el estrés o la tristeza", explica la doctora Antje Hebestreit, jefa del Grupo de Enfermedades Relacionadas con el Estilo de Vida del BIPS. "Al comparar los efectos del bienestar y la impulsividad en la tendencia a comer alimentos poco saludables, nuestros análisis sugieren que la impulsividad puede tener un efecto más fuerte. Esto subraya la importancia de las medidas que reducen la impulsividad impulsada por las emociones. En concreto, el ejercicio, por ejemplo, podría ayudar".

Los adolescentes que sufren estrés crónico tienden a ser impulsivos y, por lo tanto, son muy susceptibles a la creciente disponibilidad y publicidad de alimentos poco saludables como los dulces o las patatas fritas. Los resultados del estudio son especialmente relevantes dada la fuerte presencia y comercialización de alimentos poco saludables en Europa. La adolescencia es una etapa en la que los jóvenes aprenden estrategias para afrontar mejor el estrés. Por ello, este grupo de edad es especialmente adecuado para adoptar medidas preventivas adecuadas. Si una persona aprende comportamientos poco saludables durante esta fase, suelen permanecer de por vida. Por eso es muy importante seguir investigando sobre intervenciones eficaces, afirma el equipo en su documento.

BIPS - Investigación sanitaria al servicio de las personas

La población está en el centro de nuestra investigación. Como instituto de investigación epidemiológica, consideramos que nuestra tarea consiste en identificar las causas de los trastornos de salud y desarrollar nuevos conceptos para la prevención de enfermedades. Nuestra investigación proporciona la base para las decisiones sociales. Informa a la población sobre los riesgos para la salud y contribuye a un entorno vital saludable.

BIPS es miembro de la Asociación Leibniz, que comprende 97 institutos de investigación independientes. Los institutos Leibniz se dedican desde las ciencias naturales, de ingeniería y medioambientales hasta la economía, las ciencias espaciales y sociales y las humanidades. Los Institutos Leibniz se dedican a temas relevantes desde el punto de vista social, económico y ecológico. Debido a su importancia nacional, los gobiernos federal y estatales financian conjuntamente los institutos de la Asociación Leibniz. Los Institutos Leibniz emplean a unas 20.000 personas, entre ellas 10.000 científicos. El presupuesto total de los institutos supera los 1.900 millones de euros.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Alemán se puede encontrar aquí.

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