Las bebidas azucaradas influyen en la psique a través del intestino
El consumo de refrescos se asocia a un mayor riesgo de depresión
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Un nuevo estudio del Centro Alemán de Investigación sobre la Diabetes (DZD) aporta pruebas fehacientes de que las bebidas azucaradas no sólo afectan a la salud metabólica, sino también a la mental, especialmente en las mujeres. Este efecto está probablemente mediado por el sensible microbioma del intestino.
Como es bien sabido, las personas que consumen regularmente bebidas azucaradas no sólo tienen un mayor riesgo de obesidad, diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Cada vez hay más estudios que demuestran que los refrescos también pueden afectar a la salud mental. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro si existía una relación directa con el trastorno depresivo mayor (TDM) ni qué procesos biológicos podían estar implicados.
El consumo de refrescos se asocia a un mayor riesgo de depresión
Para responder a estas preguntas, los investigadores analizaron datos transversales de la Cohorte Afectiva Marburg-Münster (MACS). El estudio examinó a adultos de entre 18 y 65 años que fueron reclutados de la población general y la atención primaria entre 2014 y 2018. Los investigadores incluyeron a un total de 932 personas, 405 de las cuales eran pacientes con trastorno de depresión mayor y 527 eran controles sanos.
Los análisis mostraron una correlación entre el consumo de refrescos y tanto el diagnóstico de depresión como la gravedad de los síntomas. Esta correlación era especialmente pronunciada en las mujeres: Entre ellas, un consumo elevado se asociaba a una probabilidad de depresión un 17% mayor (odds ratio de 1,167) y a síntomas más graves.
Cambios en el microbioma como factor clave
Pero, ¿cómo se transmitía el efecto? También en este caso, el estudio ofrece una posible explicación: En las mujeres que bebían regularmente refrescos azucarados, los investigadores encontraron un número significativamente mayor de bacterias del género Eggerthella en el intestino. Estudios anteriores habían demostrado que la Eggerthella es más común en personas con depresión. El estudio actual aporta ahora la primera prueba convincente de que esta bacteria posiblemente desempeña un papel mediador, como vínculo biológico entre el consumo de refrescos y el desarrollo de síntomas depresivos.
"Nuestros datos sugieren que la relación entre los refrescos y los síntomas depresivos surge a través de la influencia del microbioma", afirma el Dr. Sharmili Edwin Thanarajah, director del estudio, del Hospital Universitario de Frankfurt y del MPI para la Investigación del Metabolismo de Colonia, socio asociado del Centro Alemán para la Investigación de la Diabetes (DZD).
Las bebidas azucaradas como los refrescos de cola o las limonadas no sólo contienen glucosa y fructosa, sino también numerosos aditivos, como conservantes y edulcorantes artificiales. Esta combinación puede alterar el delicado equilibrio del microbioma intestinal. Las bacterias que favorecen la inflamación se ven favorecidas, mientras que la producción de ácidos grasos de cadena corta protectores disminuye. Los estudios en animales demuestran que estos cambios pueden desencadenar procesos inflamatorios en el sistema nervioso y aumentar así el comportamiento depresivo.
Llama la atención que esta correlación parece estar relacionada con el sexo. En los hombres que consumían refrescos con regularidad, los investigadores no encontraron ni un aumento de Eggerthella ni una correlación con los síntomas depresivos. Aún no está claro por qué este efecto sólo se produce en las mujeres. Es posible que influyan las diferencias hormonales o las reacciones del sistema inmunitario relacionadas con el sexo.
¿El microbioma como diana terapéutica?
"Los resultados del estudio abren nuevas perspectivas para la prevención y el tratamiento de los trastornos depresivos", comenta la investigadora del DZD Rachel Lippert, del Instituto Alemán de Nutrición Humana Potsdam-Rehbrücke (DIfE). "Los enfoques basados en el microbioma -como las terapias nutricionales dirigidas o las estrategias probióticas- podrían ayudar a aliviar eficazmente los síntomas depresivos en el futuro".
Por ello, los investigadores sostienen que la influencia de la nutrición en la salud mental debería integrarse con más fuerza en las campañas educativas, los conceptos asistenciales y los programas de prevención.
"Los cambios en el microbioma pueden verse influidos por la dieta y, por tanto, son un objetivo terapéutico potencial", explica Edwin. "Incluso pequeños ajustes en el comportamiento de los consumidores podrían tener un gran impacto - especialmente si se tiene en cuenta el consumo generalizado de refrescos".
Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.
Publicación original
Sharmili Edwin Thanarajah, Adèle H. Ribeiro, Jaehyun Lee, Nils R. Winter, Frederike Stein, Rachel N. Lippert, Ruth Hanssen, Carmen Schiweck, Leon Fehse, Mirjam Bloemendaal, Mareike Aichholzer, ... Sarah Kittel-Schneider, John F. Cryan, Andreas Reif, Tilo Kircher, Dominik Heider, Udo Dannlowski, Tim Hahn; "Soft Drink Consumption and Depression Mediated by Gut Microbiome Alterations"; JAMA Psychiatry, 2025-9-24