Aprovechar el poder desintoxicante del mercurio para la seguridad alimentaria mundial

09.12.2025
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Cada vez hay más pruebas científicas de que los productores primarios -incluidas las plantas y el fitoplancton- poseen una capacidad hasta ahora ignorada de descomponer y desintoxicar internamente el metilmercurio, una de las neurotoxinas más potentes que circulan por las redes alimentarias mundiales. Esta nueva vía de desmetilación in vivo convierte rápidamente el metilmercurio en mercurio inorgánico menos tóxico, que posteriormente se reduce a Hg⁰ gaseoso y se libera de nuevo a la atmósfera. El descubrimiento viene a colmar una laguna de conocimiento crítica que ayuda a explicar por qué la fuerte disminución de las emisiones de mercurio no se traduce proporcionalmente en una reducción de la exposición humana al metilmercurio. Al limitar la entrada de metilmercurio en la fase más temprana de las cadenas alimentarias, este proceso natural ofrece nuevas posibilidades para salvaguardar la seguridad alimentaria, la salud de los ecosistemas y las estrategias mundiales de mitigación del mercurio.

Eco-Environment & Health

La interrelación entre las emisiones antropogénicas de mercurio, la exposición humana al metilmercurio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El mercurio se acumula en la cadena alimentaria, lo que supone una grave amenaza para la fauna y la salud humana, en particular para la inteligencia, y obstaculiza la consecución de los ODS, incluidos el ODS 1 (No a la pobreza), el ODS 2 (Hambre cero), el ODS 3 (Buena salud y bienestar), el ODS 6 (Agua potable y saneamiento), el ODS 13 (Acción por el clima), el ODS 14 (Vida bajo el agua) y el ODS 15 (Vida en la tierra).

La contaminación por mercurio sigue siendo una amenaza persistente para la salud y el medio ambiente a escala mundial, y el metilmercurio plantea riesgos excepcionalmente elevados debido a su extrema biomagnificación en las redes alimentarias. Aunque el Convenio de Minamata sobre el Mercurio ha logrado frenar las emisiones antropogénicas de mercurio, sigue habiendo grandes incertidumbres sobre cómo la reducción de las emisiones afecta en última instancia a los niveles de metilmercurio en nuestros alimentos y, por tanto, a la exposición dietética. Los conocimientos tradicionales se centran en la degradación fotoquímica y microbiana que tiene lugar en suelos, sedimentos y aguas superficiales antes de que el metilmercurio entre en las cadenas alimentarias. Sin embargo, las discrepancias persistentes entre las tendencias del mercurio atmosférico y las cargas biológicas de metilmercurio implican la presencia de procesos de transformación no contabilizados que desacoplan la emisión de mercurio y la exposición al metilmercurio. Debido a estas cuestiones sin resolver, se necesita urgentemente una investigación más profunda de las transformaciones biológicas del metilmercurio.

Un equipo de investigación conjunto de la Universidad de Nanjing y otros institutos colaboradores publicaron (DOI: 10.1016/j.eehl.2025.100199) un artículo P erspectivo el 7 de noviembre de 2025, en Eco-Environment & Health , presentando pruebas convincentes de una vía biológica previamente no reconocida que desmetila y desintoxica el metilmercurio dentro de las plantas terrestres y el fitoplancton. Sintetizando experimentos recientes con múltiples especies, los autores destacan cómo estos organismos degradan rápidamente el metilmercurio y liberan a la atmósfera gran parte del Hg⁰ gaseoso resultante. Su evaluación pone en tela de juicio supuestos largamente sostenidos sobre el ciclo del mercurio y ofrece una nueva base para evaluar y avanzar en los esfuerzos globales de mitigación.

La P erspectiva se basa en estudios recientes que demuestran que ocho especies de plantas y varios taxones de fitoplancton presentan una capacidad de desmetilación del metilmercurio inesperadamente fuerte. En lugar de limitarse a acumular metilmercurio, estos organismos convierten internamente hasta el 86% del metilmercurio absorbido en mercurio inorgánico y lo reducen a Hg⁰ gaseoso en pocos días. En el centro de esta transformación se encuentra una reacción independiente de la luz, previamente ignorada, desencadenada por el oxígeno singlete intracelular, una especie reactiva del oxígeno común que ataca el enlace alargado carbono-mercurio en los complejos metilmercurio-tiol. Esta degradación es tan rápida o más que las vías fotolíticas y microbianas bien establecidas.

Dado que los productores primarios representan la mayor parte de la biomasa terrestre, es probable que su actividad colectiva de desmetilación contribuya sustancialmente a la reserva atmosférica de Hg⁰. Los autores sostienen que excluir esta "bomba" biológica de los modelos de ciclo del mercurio crea grandes incertidumbres a la hora de predecir la transferencia de metilmercurio a las redes tróficas y de evaluar la eficacia de las políticas mundiales de mitigación del mercurio. La nueva vía identificada ofrece una explicación mecánica de por qué las reducciones de las emisiones de mercurio a menudo sólo dan lugar a modestas disminuciones de la exposición al metilmercurio en los seres humanos y la fauna silvestre.

Los autores subrayan que el reconocimiento de esta vía oculta de desmetilación es esencial para evaluar con precisión las estrategias mundiales de control del mercurio. Señalan que la degradación del metilmercurio mediada por los productores primarios que se produce antes de la transferencia trófica puede influir notablemente en los niveles de metilmercurio en los cultivos, los organismos acuáticos y, en última instancia, en la dieta humana. Según el equipo de investigación, los futuros marcos de seguimiento y modelización deben incorporar las transformaciones a nivel de organismo para evitar interpretar erróneamente las tendencias medioambientales o subestimar la desintoxicación natural. Según ellos, este conocimiento más preciso es fundamental para proteger la seguridad alimentaria, la salud de la fauna y el bienestar público.

Esta vía biológica recién descubierta abre vías prometedoras para la gestión sostenible del mercurio. Potenciar la desmetilación mediada por especies reactivas del oxígeno en los cultivos podría reducir los niveles de metilmercurio en alimentos clave como el arroz, mientras que los enfoques basados en la naturaleza que utilizan fitoplancton o plantas acuáticas podrían contribuir a la recuperación de las aguas contaminadas. Los autores abogan por integrar los esfuerzos de reducción de emisiones con la mejora de la desmetilación en la producción agrícola, el procesado de alimentos y la gestión de los ecosistemas. La incorporación de esta vía a los modelos del ciclo global del mercurio permitirá predecir con mayor exactitud la exposición humana y el riesgo ambiental, lo que en última instancia impulsará el progreso hacia la seguridad alimentaria, la salud de los ecosistemas y los objetivos de desarrollo sostenible.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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