La gestión sostenible de plagas tendría efectos positivos en todo el mundo
Según algunas estimaciones, más de un tercio de la cosecha mundial se perdería cada año a causa de las malas hierbas, las plagas y las enfermedades sin la protección de los cultivos. "Por otro lado, el uso abundante de pesticidas sintéticos puede ser perjudicial para la salud humana y los ecosistemas", subraya el Prof. Dr. Niklas Möhring.
El investigador, que dirige el Grupo de Economía de la Producción de la Universidad de Bonn, evalúa los conflictos de objetivos y las compensaciones en esta frontera de la investigación. Junto con 13 colegas de seis continentes, ha trabajado en este último estudio sobre una cuestión importante: ¿Qué pasaría si los agricultores de todo el mundo adoptaran medidas sostenibles de gestión de plagas?
Los 517 encuestados esperan efectos positivos de una transición en los ámbitos del medio ambiente (verde), la seguridad alimentaria (azul-verde), la salud (azul), la igualdad (amarillo) y la economía (morado). Sin embargo, las expectativas son inferiores a la media en Europa (barras que apuntan hacia dentro) y superiores a la media en América del Sur (barras que apuntan hacia fuera).
© AG Möhring/Uni Bonn
Gestión integrada de plagas, cultivo de variedades resistentes
Las prácticas de gestión integrada de plagas incluyen, por ejemplo, el cultivo de variedades resistentes, diversas rotaciones de cultivos o la plantación de setos alrededor de los bordes de los campos en los que los depredadores naturales puedan multiplicarse. "Por desgracia, a menudo no se dispone de prácticas alternativas adaptadas localmente, por lo que será necesario seguir investigando", afirma Möhring. "Los sistemas agrícolas también varían y a menudo no es posible trasladar los resultados de un estudio de campo, por ejemplo, en Alemania a otras partes del mundo".
Por lo tanto, a menudo existe incertidumbre sobre si la gestión sostenible de plagas podría aplicarse con éxito en una región concreta, o cuáles podrían ser las compensaciones resultantes, por ejemplo, entre los objetivos medioambientales, los rendimientos y las pérdidas económicas para los agricultores. "Por eso decidimos encuestar a expertos locales para averiguar cuáles creían que serían las oportunidades y los riesgos asociados a una transformación de este tipo", explica el investigador.
¿Qué opinan los expertos locales?
Los investigadores elaboraron una encuesta exhaustiva sobre las posibles consecuencias del paso a una gestión sostenible de las plagas. Los posibles efectos se dividieron en cinco áreas: Impactos sobre el medio ambiente, la salud, la seguridad alimentaria, la situación económica de los agricultores y la igualdad y seguridad social (que incluye, entre otras cosas, las condiciones laborales de los agricultores y sus trabajadores).
En total, 517 expertos con un profundo conocimiento de la agricultura en una región específica respondieron a la encuesta. Los encuestados fueron seleccionados para ofrecer una amplia gama de perspectivas basadas en su experiencia en diferentes disciplinas, que van desde la ecología, a la economía o la toxicología. "De este modo, queríamos obtener una gama equilibrada de opiniones sobre esta compleja cuestión", afirma Möhring.
Beneficios para el medio ambiente y la salud
Las expectativas de los expertos variaban en función de su origen y tipo de experiencia. En general, esperaban que la transformación hacia una gestión sostenible de las plagas tuviera un efecto positivo, al menos a largo plazo. Esperaban mejoras especialmente importantes a nivel medioambiental, por ejemplo, para la contaminación del agua o la biodiversidad. Esto era así independientemente de la región y la disciplina. Lo mismo ocurría con los efectos previstos sobre la salud humana.
Sin embargo, había grandes diferencias en las repercusiones económicas previstas. En Norteamérica, Europa y Australia, el mismo número de expertos esperaba impactos positivos que negativos en los ingresos de los agricultores, al menos a corto plazo. En cambio, los expertos de Asia, África y Sudamérica tendían a creer que esta transformación también ofrecería una oportunidad económica. Los encuestados de estos continentes también creían que la transformación tendría un impacto más positivo en el acceso local a alimentos seguros que los expertos de Norteamérica, Europa y Australia.
La sostenibilidad tiene su precio
"A pesar de estas diferencias, los expertos se mostraron sorprendentemente optimistas en general", afirma Möhring, que también es miembro del área de investigación transdisciplinar "Futuros sostenibles" y del Cluster de Excelencia PhenoRob de la Universidad de Bonn. "Esto no significa, sin embargo, que el cambio a la protección sostenible de los cultivos sea gratuito. Sin embargo, los mayores costes a corto y medio plazo podrían compensarse a largo plazo. En general, será clave que apoyemos a los agricultores durante esta transformación ofreciéndoles, por ejemplo, alternativas adaptadas y eficaces para la protección de cultivos y mecanismos de apoyo adecuados."
Sin embargo, este estudio sólo se basaba en las opiniones de una serie de expertos y está por ver si sus previsiones son realistas. "Entre otras cosas, tendremos que realizar más estudios locales en diversas regiones en los que podamos probar estrategias sostenibles de gestión de plagas e investigar sistemáticamente sus efectos", explica Möhring.
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Publicación original
Niklas Möhring, Malick N. Ba, Anna Rafaela Cavalcante Braga, Sabrina Gaba, Vesna Gagic, Per Kudsk, Ashley Larsen, Robin Mesnage, Urs Niggli, Matin Qaim, Pepijn Schreinemachers, Christian Stamm, Wim de Vries, Robert Finger; "Expected effects of a global transformation of agricultural pest management"; Nature Communications, Volume 16, 2025-12-8