Un estudio mundial relaciona el consumo de alimentos ultraprocesados con muertes prematuras evitables
Los resultados publicados en el American Journal of Preventive Medicine respaldan la necesidad de revisar las directrices dietéticas y las políticas públicas para reducir la carga de morbilidad en los distintos países
Un estudio que analiza datos de encuestas dietéticas representativas a escala nacional y datos de mortalidad de ocho países (Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, México y Reino Unido) muestra que las muertes prematuras atribuibles al consumo de alimentos ultraprocesados (UPF) aumentan significativamente en función de su proporción en la ingesta energética total de los individuos. El nuevo estudio, que aparece en la revista American Journal of Preventive Medicine, publicada por Elsevier, refuerza el llamamiento a la acción mundial para reducir el consumo de UPF, con el apoyo de políticas reguladoras y fiscales que fomenten entornos más saludables.

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Las UPF son fórmulas industriales listas para consumir o calentar que se elaboran con ingredientes extraídos de alimentos o sintetizados en laboratorios, con pocos o ningún alimento entero en su composición. Poco a poco han ido sustituyendo a los alimentos y comidas tradicionales elaborados con ingredientes frescos y mínimamente procesados.
El investigador principal del estudio, Eduardo Augusto Fernandes Nilson, DSc, Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), Brasil, afirma: "Los UPF afectan a la salud más allá del impacto individual del alto contenido de nutrientes críticos (sodio, grasas trans y azúcar) debido a los cambios que sufren los alimentos durante el procesado industrial y al uso de ingredientes artificiales, incluyendo colorantes, saborizantes y edulcorantes artificiales, emulsionantes y muchos otros aditivos y auxiliares tecnológicos, por lo que evaluar las muertes por todas las causas asociadas al consumo de UPF permite una estimación global del efecto del procesado industrial de alimentos sobre la salud."
Mientras que estudios anteriores se centraban en factores de riesgo dietéticos específicos en lugar de en patrones alimentarios, el estudio actual modelizó datos de encuestas dietéticas representativas a nivel nacional y datos de mortalidad de ocho países (Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, México y Reino Unido) para vincular los patrones dietéticos, teniendo en cuenta el alcance y la finalidad del procesado industrial de alimentos, con las muertes por todas las causas.
El Dr. Nilson explica: "En primer lugar, estimamos una asociación lineal entre la participación de las UPF en la dieta y la mortalidad por todas las causas, de modo que cada aumento del 10% en la participación de las UPF en la dieta incrementa el riesgo de muerte por todas las causas en un 3%. Luego, utilizando los riesgos relativos y los datos de consumo de alimentos para todos los países (que van desde el 15% de la ingesta total de energía en Colombia, hasta más del 50% de las calorías en los Estados Unidos), construimos un modelo que estimó que el porcentaje de muertes prevenibles prematuras por todas las causas debido al consumo de UPF puede variar del 4% en los países con menor consumo de UPF a casi el 14% en los países con el mayor consumo de UPF. Por ejemplo, en 2018, 124,000 muertes prematuras fueron atribuibles al consumo de UPF en los Estados Unidos."
El consumo elevado de UPF se ha asociado a 32 enfermedades diferentes, como enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, algunos tipos de cáncer y depresión. Por primera vez, este estudio ha estimado la carga del consumo de UPF sobre las muertes prematuras por todas las causas en diferentes países, mostrando que la mortalidad atribuible es significativa en todos los entornos y que abordar el consumo de UPF debería ser una prioridad mundial de nutrición pública.
El Dr. Nilson señala: "Es preocupante que, mientras que en los países de renta alta el consumo de UPF ya es elevado pero relativamente estable desde hace más de una década, en los países de renta baja y media el consumo ha aumentado continuamente, lo que significa que, si bien la carga atribuible en los países de renta alta es actualmente mayor, está creciendo en los demás países. Esto demuestra que se necesitan urgentemente políticas que desincentiven el consumo de UPF a nivel mundial, promoviendo patrones dietéticos tradicionales basados en alimentos locales frescos y mínimamente procesados."
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