3 cosas que no sabía sobre la industria láctea en Europa
Percepción frente a realidad
La industria láctea en Europa ya es mucho más sostenible de lo que muchos creen. Esto se debe a que la agricultura moderna sigue estando ensombrecida por mitos y prejuicios. El profundo psicólogo Jens Lönneker y la experta del sector Melanie Wegener quieren colmar las lagunas de conocimiento con hechos y acabar con relatos anticuados.
La leche está profundamente arraigada en la cultura alimentaria europea. Casi todo el mundo en Europa la consume y la considera esencial en su dieta. Para la mayoría, es una parte indispensable de su dieta diaria, ya sea en forma de yogur, queso o leche. Al mismo tiempo, muchas personas dudan de la sostenibilidad de los productos lácteos. ¿Por qué? Simplemente, muchos no saben hasta qué punto es sostenible la industria láctea. Este fue el resultado de una encuesta internacional de consumidores realizada por el programa de la UE "Enjoy, it's from Europe" sobre el tema del consumo de leche y la sostenibilidad. Según la encuesta, sólo el 16% de los consumidores europeos sabe que la industria láctea trabaja activamente para reducir sus emisiones.
La imagen de la industria láctea ha sufrido mucho debido a estereotipos, prejuicios e imágenes distorsionadas. En su estudio "Future builders", el psicólogo profundo Jens Lönneker explora los prejuicios habituales contra los ganaderos y se pregunta: ¿Cómo podemos volver a aumentar la valoración de los ganaderos? El análisis muestra que existen narrativas anticuadas de la agricultura, que fomentan la ignorancia y requieren educación. Aunque los consumidores exigen más bienestar animal y sostenibilidad, siguen comprando leche barata en el supermercado. Lönneker lo explica con la llamada brecha mente-comportamiento: la percepción y el comportamiento no coinciden, hay una brecha entre la demanda y la realidad. Hay que colmar esta laguna.
El sector lácteo europeo lleva mucho tiempo tratando de hacerlo: acabar con patrones de pensamiento anticuados mediante el diálogo y la comunicación abierta. Empecemos por lo básico. Todo el mundo debería conocer estos tres hechos sobre la industria láctea europea:
1. los productores lácteos europeos están reduciendo sus emisiones de forma proactiva
Alemania, Irlanda, Dinamarca y Bélgica son los principales productores de leche de la UE. Los productores de leche de estos países están trabajando en diversas formas de reducir sus emisiones, tanto digitalmente como en la práctica en sus explotaciones. Para ello intercambian ideas entre sí, pero también dialogan con el exterior y transmiten conocimientos. "Ya hay muchos programas en marcha a nivel europeo, por ejemplo iniciativas de transparencia sobre biodiversidad o reducción de CO2 y diálogos en las redes sociales", explica la experta del sector Melanie Wegener, de la mayor cooperativa lechera de Alemania, dmk. Agricultores de toda Europa comparten buenas prácticas y se apoyan mutuamente en sus esfuerzos por reducir su huella de carbono. En Alemania, por ejemplo, el módulo de sostenibilidad de QM desempeña un papel fundamental. Más de 15.000 agricultores utilizan ya esta herramienta del sector. Las explotaciones lecheras, por ejemplo, utilizan electricidad verde procedente de sistemas fotovoltaicos. Sólo en Alemania hay más de 9.000 plantas de biogás que generan electricidad a partir de residuos orgánicos.
2 Las granjas lecheras europeas utilizan tecnologías para el bienestar animal y el medio ambiente
Las explotaciones lecheras funcionan de forma sostenible a varios niveles. En primer lugar, se basan en ciclos agrícolas ancestrales y en prácticas de conservación de recursos que utilizan los recursos de forma eficiente y reciclan los residuos. Muchas granjas cultivan sus piensos en tierras cercanas, con lo que acortan las distancias de transporte. Por otro lado, las tecnologías modernas en el establo, como los robots de ordeño y estiércol, los rastreadores de salud y otras soluciones digitales, benefician a los animales. Las vacas pueden decidir por sí mismas cuándo son ordeñadas. Los purines, los restos de pienso y el estiércol van a parar a la planta de biogás o se esparcen de nuevo por los campos. "Todo esto lleva ocurriendo mucho tiempo, pero aún no todo el mundo se ha dado cuenta", afirma el experto agrícola Wegener.
3 La leche europea tiene la menor huella de CO2 del mundo
La huella de CO2 de la producción de leche en Europa es inferior a la media mundial. A nivel mundial, es de unos 2,4 kg de equivalentes de CO2 por kilogramo de leche, en Europa y Alemania es de unos 1,1 kg de CO2, y en Irlanda llega a 0,9 kg. Por un lado, esto se debe a los avances tecnológicos en las granjas y a los programas de seguimiento de emisiones, que las granjas utilizan para optimizar su huella de carbono. Por otro, la economía circular utiliza los recursos de forma eficiente y evita la pérdida de nutrientes. Los agricultores llevan cientos de años trabajando con estos ciclos naturales. El sector lácteo europeo ya va por buen camino para mejorar su huella ambiental.
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